La tendencia Old Money que arrasa en redes sociales, tiene unos códigos estéticos que huyen de la ostentación y tienen como referencia el estilo de vida de la gente adinerada más bien clásica que prefieren el lujo silencioso a los logos, brillos y excesos. Marta Ortega vr. Kim Kardashian..
La próxima temporada otoño-invierno 2024 se presenta interesante en cuanto a tendencias de moda. Se llevará el burgundy o picota, el estampado animal print seguirá dando guerra, las capas serán el nuevo abrigo y sobrevolando todas ellas una nueva manera de interpretarla. Apunta y únete a lo último, el Old Money.
La tendencia Old Money, que en instagram ya acumula más de 2 millones de publicaciones, no es otra cosa que vestir con estilo conservador y donde palabras como tradición, herencia y refinamiento se plasman en looks de lujo silencioso que reflejan muy bien algunas élites adineradas que no alardean de su dinero y que copian con gran entusiasmo algunos jóvenes de la generación Z. En Estados Unidos se podría definir como un preppy evolucionado, en España entre el pijo y el clásico de toda la vida.
En su día mujeres como Lady Di y sus outfits de americana, jersey de cuello alto y mocasines, o en parejas como Carolyn Bessette y John Fitzgerald Kennedy Jr, que se paseaban por las calles de Nueva York con abrigos camel, vaqueros denim color crudo y faldas lápiz beige, representan muy bien ese clasicismo old money que parece connatural y casi imposible de imitar.
Esta tendencia con códigos muy concretos que rechazan lo ostentoso y corresponde al estilo atribuido a los burgueses y nobles, hoy se puede ver en mujeres como Carlota Casiraghi en Francia, Amal y George Clooney en Estados Unidos y Marta Ortega en España, pero no solo.
Los multimillonarios de Silicon Valley prefieren también la discreción del normcore -vaqueros sin forma, camiseta blanca y deportivas- y marcas de lujo silencioso como The Row, Loro Piana o Brunello Cucinelli, a los grandes logos que tanto gustan a los nuevos ricos, cuya máxima representación está en las Kardashian.
Las prendas clásicas de tejidos premium como los jerséis de cashmere o las camisas de algodón perfectamente planchadas son algunos de los básicos atemporales que definen el old money. Para ellos, polos y pantalones en su sitio (nada de 5 tallas más enseñando los calzoncillos), ellas impecables con faldas y vestidos lápiz, perlas y bolso como de abuela en tonos claros o en azul marino, con armarios que destilan los hashtags #stealthwealth (riqueza oculta), #oldmoney (dinero antiguo) y #quietluxury (lujo discreto).
El old money es ese dinero que viene de lejos, de esas familias ricas de toda la vida, que valoran la ropa bien hecha más allá del vaivén de las tendencias y que pasa de abuelas a hijas y a nietas, esa estética que se hereda en muchas familias pero que no necesariamente exhiben sólo los ricos.
Tantas influencers nórdicas como Anouk Yve y mujeres españolas como Julia Martínez o Amparo Corsini priorizan por encima de todo los básicos de calidad atemporales que no pasan de moda, en sus looks siempre con rollo por su combinación de colores o sus accesorios bien seleccionados. La clave está en priorizar calidad a cantidad -con dos o tres inversiones cada temporada será suficiente-, para conseguir un fondo de armario digno de una mujer elegante y estilosa.
Algunas de las prendas de un armario prototípico de la tendencia Old Money son: una camisa masculina de rayas, un pantalón de pinzas impecable, una blazer de corte clásico, una falda de tablas por la rodilla, un polo, un pañuelo para llevar en el cuello o en el pelo, un bolso sencillo y básico pero siempre de piel, un jersey de rayas marineras, perlas, unos mocasines, unas gafas de sol grandes y todo en tonos neutros y clásicos como el camel, el negro, azul marino, beige y blanco.
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