EL IBEX SUBE UN 3,4% EN LA SEMANA Y DA POR SUPERADO EL SHOCK ARANCELARIO

La tregua arancelaria ayuda a suavizar los riesgos, pero no los elimina. Después de semanas aciagas en las que los mercados no han parado de caer, los inversores aprovechan cualquier rayo de luz para prolongar las subidas: el inicio de las negociaciones comerciales, las menores presiones a la Reserva Federal y la campaña de resultados insuflan optimismo a las Bolsas. El Ibex 35, que venía siendo uno de los índices más resistentes al órdago proteccionista, trata de exprimir al máximo el renovado apetito por el riesgo. Con una subida del 1,3% el viernes, el selectivo español da por su superado el shock arancelario. La Bolsa española concluye sobre los 13.355,3 puntos, cinco por encima de los 13.350,2 registrados el 2 de abril, horas antes de que Donald Trump declarara la guerra al orden económico mundial. Sesión a sesión, el selectivo va recuperando posiciones y en la última semana avanza un 3,39%, ganancias que en el año alcanzan el 15,2%, a la cabeza del resto de índices europeos.

Los mensajes contradictorios que llegan desde EE UU y China ayudan a contener la euforia. Los inversores buscan señales claras de entendimiento, pero las relaciones continúan estancadas. En una entrevista con la revista Time, Trump ha asegurado que su Gobierno está negociando con China y que el presidente del país asiático, Xi Jinping, lo ha llamado. Informaciones aparecidas en prensa apuntan a que Pekín habría concedido algunas exenciones arancelarias a las importaciones estadounidenses, pero China no ha querido hacer comentarios. Los analistas reconocer que no hay un cambio fundamental de las perspectivas y que los mercados se aferran al ruido.

Con menor intensidad que el Ibex, el resto de Bolsas europeas se han sumado a las ganancias. El Dax alemán avanzó un 0,81% el viernes, mientras el FTSE británico concluyó sin cambios. Después de tres sesiones consecutivas al alza, Wall Street aprovecha la debilidad de los datos económicos para moderar las ganancias. En una jornada en la que la confianza de los consumidores cayó a su nivel más bajo desde 2022 y las expectativas de inflación a largo plazo alcanzaron niveles de 1991, la Bolsa estadounidense ha registrado ascensos cercanos al 1%. “La desaceleración de la actividad económica inducida por los aranceles y los mayores costes de financiación limitarán el crecimiento de las ganancias corporativas”, señalan los analistas de UBS.

La debilidad de las últimas horas no empaña el buen hacer de la renta variable estadounidense en la última semana. El S&P 500 suma más de un 4% mientras el Nasdaq avanza cerca de un 7%. Además de la moderación de las tensiones comerciales, la Bolsa de EE UU se ha visto apoyada por el tirón de grandes tecnológicas como Alphabet que el viernes avanza un 1,7% gracias a los buenos resultados.

Los analistas piden prudencia y consideran que la recuperación de las últimas horas puede ser flor de un día. “La aparente reconducción negociadora de la guerra comercial y la rebaja de tono en las tensiones con la Fed no parecen mimbres suficientes para justificar un retorno duradero de la recuperación de los activos de riesgo”, señalan los analistas de Macroyield. En la misma línea se mueve Chriss Iggo, director de inversiones de Axa IM, quien considera que no hay que subestimar el daño causado. “La capacidad de EE UU para la formulación de políticas ha quedado en ridículo con los acontecimientos recientes. El shock de Trump no ha terminado”, destaca.

La calma que respira la renta variable se traslada también a la deuda y el mercado de divisas. La rentabilidad del bono de EE UU a 10 años se repliega al 4,25% y se aleja del 4,5% que llegó a rozar en las últimas semanas, cuando el temor a una crisis financiera llevó a los inversores a deshacer sus posiciones en los activos estadounidenses. La venta acelerada de bonos, activos refugios en anteriores crisis, obligó a Trump a retroceder en sus postulados y suspendió durante 90 días la aplicación de los gravámenes recíprocos. La caída de las rentabilidades en las últimas sesiones se ha visto apuntalada por las menores presiones del republicano hacia el responsable del banco central de EE UU, Jerome Powell, y las declaraciones de algunos de los miembros de la institución apuntando a un posible recorte de los tipos si la economía se deteriora. Por su parte, el dólar pone fin a tres semanas a la baja.

Más estabilidad muestra la deuda de la zona euro. El bono alemán a 10 años se mantiene por debajo del 2,5% con la referencia española al mismo plazo en el 3,1%. “En un momento en el que el Gobierno de EE UU lanza casi a diario mensajes políticos que, en muchos casos, generan confusión, se hace aún más evidente el valor de contar con un entorno político y económico estable. Resulta especialmente destacable la estrategia del BCE de reducir los tipos de interés”, sentencia Sean Shepley, economista senior de Allianz Global Investors.

A medida que la confianza va regresando a los mercados, los inversores abandonan las posiciones más defensivas como el oro. El metal amarillo consolida parte de las ganancias y hace equilibrios en 3.300 dólares. Kerstin Hottner, directora de materias primas en Vontobel, cree que en un entorno de inflación al alza y crecimiento a la baja, el oro debería beneficiarse. “Cualquier caída de los precios es un punto de entrada atractivo. Si la demanda de refugio se mantiene fuerte podría superar los 3.700 dólares”, aclara.

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2025-04-25T16:02:54Z